Yo que te quise tanto
Dejar ir nunca es fácil. Muchas veces el amor se transforma en posesión, en celos, en espacios tensos de insatisfacción, buscando día tras día, minuto a minuto el camino a volver a aquel sentimiento inicial. Sabina escribió en la canción Peces de ciudad que “al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver”. Yo que te quise tanto se escribió hace mucho tiempo. La escribí para acompañar el final de la tercera temporada de teatro breve, a la vez sentía que debía irme de la relación que tenia en ese momento. El miedo de dejar ir es cosa seria, es como un duende burlón o como un vampiro de esos que en vez de sangre te chupa la energía. El miedo de estar solo es el mismo miedo que inmoviliza que satura el decidir, es la diferencia entre la libertad y la esclavitud. Poco a poco la letra fue mutando, como fue mutando la relación y mi entendimiento del amor. La canción pasa a ser de una fatalista a una invitación para dejar ir. Hay canciones que matan y hay otras que curan. Esta fue mi sanción y ahora mi mapa y el recuerdo que a veces dejar ir al otro es volverse a encontrar con uno mismo.
Letra
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Yo que te quise tanto
Cuidado ahí, es más de lo que ves
No corras más, que te puedes caer
Suelta el dolor si quieres empezar
Busca tus pies y sal a caminar
La soledad es un viaje hacia adentro
donde el amor se proyecta en espejos
Es el encuentro de la luz y la sombra
para entender todo lo que se nombra
Cuanto de ti volveras a encontrar
cuando perder sea el camino a ganar
Suelta el dolor si quieres empezar
oye mi bien no te resistas más
Ya no hay por que arrastrar esa herida
deja el amor que siembre su semilla
ahora después de una vida a tu lado
te dejo ir yo que te quise tanto